Gabriela Benac, al frente de Luz Azul desde hace una década cuenta sobre los proyectos y cambios en la empresa, con un fuerte foco en la sustentabilidad, clave para la supervivencia humana. Una charla sobre las iniciativas que están implementando, el contexto económico y las perspectivas de expansión.
Gabriela Benac asegura que la sustentabilidad “más que una moda, es una necesidad”. Cuenta que tomaron la decisión de comprar paneles solares debido al incremento en las tarifas de electricidad. Lo hicieron gracias a un crédito obtenido y están colocando paneles solares en toda la superficie del techo de la planta, que está ubicadad en la localidad de Azul, en la provincia de Buenos Aires. “En una primera etapa, generarán el 20% de nuestra energía, con el objetivo de alcanzar el 60%. También estamos reciclando plástico de nuestros envases primarios, convirtiéndolos en pallets y decks de madera plástica. Además, estamos implementando una planta de tratamiento de efluentes para generar residuos limpios y libres de contaminación”, asegura.
La idea de llegar hasta el 60% de la energía que consumen y generar la energía con paneles solares, la ubica en el marco de la Argentina que se viene, “es lo que tenemos que hacer. Creo que hay una responsabilidad social de las empresas y que la responsabilidad social de las empresas también va un poco atada a las necesidades económicas, porque realmente uno está dispuesto a invertir en este tipo de energía o este tipo de proyectos cuando en algún punto ve un rédito económico”.
-¿Los plásticos reciclados provienen de la propia operación de la empresa?
-Sí, estamos recuperando los envases primarios de nuestros productos como potes de crema dulce y queso crema. Antes teníamos un costo de retiro, pero ahora los reciclamos, transformándolos en algo económicamente rentable.
Por otro lado, Benac cuenta que también están con una planta que se llama Plastic, para el reciclado porque tirar el plástico tiene un costo. “En cambio de esta manera estamos reciclando y construyendo y la verdad que tienen muchísimas ventajas”.
-¿Y cómo participa el consumidor en este proceso de reciclaje?
-Tenemos ecopuntos en los 70 locales de nuestra cadena, donde los consumidores pueden llevar los envases vacíos y limpios. El año pasado hicimos una campaña donde con cinco potes te llevabas un dulce de leche de regalo. Aunque esa iniciativa tiene un límite económico, seguimos invitando a la gente a participar en el reciclaje.
Maximiliano Benavídez es el Gerente General de la empresa y completa con la idea de que “hoy las que mandan son las redes. Inundamos las redes con todo el reciclaje, que la gente se sume a esta nueva etapa de lo que se viene en este nuevo país, en este mundo del reciclaje, a que lleve los potes que utilicen para terminar el ciclo. La gente se está acostumbrando a terminar un producto que compra en Luz Azul y devuelve lo que utilizó, obviamente lavado y limpio”.
Cambios en la empresa, reconfiguración y rediseño de la planta. Los desafíos de Luz Azul.
La comunicación de la marca y el contexto
Sobre cómo se desarrolla el esquema de comunicación con los consumidores, quien lo explica es Maximiliano Benavídez que cuenta que utilizan principalmente las redes sociales para difundir la iniciativa. “También tenemos gráficas en cada local. Aunque antes había un incentivo económico, ahora apelamos a la conciencia ambiental de los consumidores para que completen el ciclo de reciclaje”, detalla.
-Con tantos productos, ¿cómo maneja Luz Azul la innovación sin perder de vista sus productos tradicionales?
-Maximiliano Benavídez: Somos una quesería y vendemos quesos, pero también hemos diversificado nuestro negocio mediante alianzas estratégicas con otras pymes para incluir productos como encurtidos y fiambres. Siempre estamos innovando, probando cosas nuevas. Aunque a veces el desarrollo de un producto es costoso y lleva tiempo, trabajamos con pymes que nos proveen productos de alta calidad.
-¿Cuál es la situación actual de la cadena láctea en Argentina y cómo la maneja Luz Azul?
-Gabriela Benac: La leche tiene un precio de mercado, no un precio político. La lechería está en una coyuntura de baja producción debido a condiciones climáticas adversas. Luz Azul, al vender en su propia cadena, se mantiene algo al margen de este ruido, pero siempre ajustando al precio del mercado. Nuestro éxito se basa en ofrecer productos de alta calidad a precios justos, ganándonos la confianza del consumidor.
-¿Cómo se posiciona Luz Azul en el mercado, tanto en el interior del país como en Buenos Aires?
-Maximiliano Benavídez: En ciudades cercanas a nuestra fábrica, como Azul y Olavarría, somos una marca de primera. A nivel nacional, estamos trabajando en posicionar la marca, lo cual es un desafío, pero hemos logrado un reconocimiento significativo. En Capital y la provincia de Buenos Aires tenemos una presencia fuerte, y estamos en proceso de expansión hacia otros países como Paraguay y Chile.
La expansión de Luz Azul
Los planes tienen para seguir el proceso de Luz Azul, los relata Maximiliano Benavídez, que describe que el crecimiento se basa en franquicias. “Tenemos cinco locales propios y estamos en conversaciones para abrir franquicias en países limítrofes. Invertimos en nuestra fábrica para habilitarla para exportación y así poder expandir nuestra marca a nivel internacional”.
En esa línea también analizan el valor de Luz Azul y su desarrollo en las localidades donde están presentes: “hay ciudades del interior, donde la fábrica está muy cerca, como en la ciudad de Azul, en Olavarría, yo te diría en Necochea, donde somos casi una primera marca”, cuenta Gabriela Benac.
Agrega que “con el equipo de marketing lo que estamos tratando de hacer, a través de la comunicación es ese posicionamiento a nivel nacional. Cuesta muchísimo posicionar la marca a nivel nacional, pero yo te puedo asegurar que hoy vas por la calle y a veces lo hago con los taxistas, cuando camino, qué sé yo. Hoy hay un 50 o 60% de la gente que sabe que existimos, que existe Luz Azul. Tenemos 14 locales en la Ciudad de Buenos Aires y una presencia casi total en todas las provincias del país. Así que para una pyme como nosotros haber logrado semejante crecimiento en diez años, es muy bueno”.
Benac dice que antes se hablaba de primeras y de segundas marcas. “Creo que eso de a poquito va desapareciendo y hoy las pymes no solo Luz Azul, un montón de pymes de lácteos y de otros rubros empezaron a aprender a vender, a comunicar y hoy el consumidor sabe que no tiene que pagar el doble para comprar algo de calidad. Creo que eso también aprendió el consumidor”.
“La gente sabe que no tiene que pagar el doble para comprar calidad”
“El otro día nos contactaron de Ushuaia, y dijimos ‘vamos y ponemos un local en Ushuaia’. Es más, nos llena de orgullo como equipo y como empresa. Obviamente que en ese caso es todo mucho más costoso. Hay un trabajo de logística mucho más grande. Cuando hacemos algún tipo de acción en un medio nacional tiene mucha más penetración en el interior del país que acá en Buenos Aires. Así que yo creo que hay un concepto equivocado sobre que todo pasa acá. Para mí el país hoy está muy comunicado y todo pasa en todos lados. Depende saberlo comunicar y saber llegar al cliente”, analiza Benac
Luz Azul tiene cinco locales propios, uno de ellos en la avenida Cabildo y Virrey del Pino, en el barrio de Belgrano que es el local-escuela, adonde van los franquiciados a capacitarse. En total, sumando los de las franquicias, ya son 70 los locales,
Pero, dice Benac, “nuestro crecimiento y nuestra apuesta es seguir a las franquicias y estamos con un proyecto que bueno que está ahí en pañales y es la idea es poder llevar Luz Azul a los países limítrofes. Estamos en contacto con gente de Paraguay y de Chile. Para eso hicimos una inversión enorme en la fábrica, para habilitarla para exportar y empezar a ver si podemos ‘cruzar el charco como dicen algunos’.
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