La nutrición de la persona adulta mayor debe contemplar: cantidad y calidad de alimentos, macronutrientes en proporción a las necesidades fisiológicas y/o patológicas, vitaminas y minerales suficientes, un número equilibrado de comidas diarias y un aporte satisfactorio de líquidos para reforzar el sistema inmunitario y así enfrentar la segunda ola de la pandemia COVID-19, explicaron hoy desde el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.
“Es fundamental trabajar en una buena alimentación en todos los ciclos de vida, y cobra aún más importancia a medida que incrementa la edad de la persona adulta mayor, ya que cumple una función no sólo fisiológica sino psicológica, emocional y social”, explicó Regina Traverso, licenciada en nutrición (MP 330), por el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.
Resaltó: “Por sí sola, una buena alimentación durante el envejecimiento no previene ni cura esta enfermedad, pero proporciona los mecanismos necesarios para que el organismo responda favorablemente ante una posible infección”.
La depresión y el aislamiento social son dos factores que pueden conducir a que dejen de comer y lleguen a la desnutrición, un padecimiento que se debe evitar para que no sean vulnerables a las infecciones y a sufrir accidentes domésticos. Por ello, es de vital importancia prestarle atención para mantener una buena calidad de vida.
“Es importante que los adultos mayores puedan mantener la masa muscular con un adecuado consumo alimentario, realizando movimientos y ejercicios, siempre que sea posible, para mantener un estado nutricional óptimo”, alertó Marcela Guerrero, licenciada en nutrición (MP 1104), por el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires. Agregó: “se sabe que la masa muscular disminuida se asocia a riesgo de comorbilidades, susceptibilidad a heridas y a una estadía hospitalaria prolongada, con un costo importante a nivel de salud pública”.
Puntualmente, uno de los problemas más frecuentes es la pérdida de piezas dentarias, que dificulta la correcta digestión de los alimentos, por lo que se recomienda moler la comida o realizar preparaciones blandas como albóndigas o puré, entre otras opciones.
“Es necesario estar conscientes de que va a disminuir el sentido del gusto, lo que hace necesario una presentación vistosa de los platos, la utilización de especies y saborizantes naturales para realzar el sabor de las comidas”, puntualizaron desde el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.
Antioxidantes y vitamina D
Mantener niveles adecuados de vitamina “D” en las personas adultas mayores es beneficioso en la prevención de las infecciones respiratorias agudas. Por lo tanto “es necesaria la exposición a luz solar de unos 10 a 15 minutos al menos tres veces por semana: al aire libre o cerca de una ventana abierta”, dijo Traverso.
Los profesionales insisten en la necesidad de consumir alimentos, fuente de vitamina D como, por ejemplo, lácteos y huevos. “La recomendación diaria se cubre 90% con exposición solar y el resto con el consumo de los alimentos”, explicó la profesional.
Para el adulto mayor que reside solo en su Hogar
Es sumamente importante establecer una red de contención, ya sea de familiares y/o vecinos o amigos, que puedan ayudarlo a realizar las compras, a cocinar, o llevarles sus alimentos ya preparados, y a asegurarse que realice una alimentación e hidratación satisfactoria de unos ocho vasos de agua por día. Además, la recomendación es abastecerse de alimentos ricos en nutrientes y que no sean perecederos para tener reserva.
Puntualmente, se recomienda verificar la fecha de vencimiento de los productos que se tienen en la heladera y en la alacena. “Para ello recuerde consumir primero los productos perecederos que vencen más tempranamente y utilice la regla: lo que entra primero a casa, se consume primero”, alertó Guerrero.
Para el adulto mayor que reside con su familia
Se sugiere acompañar a los adultos y compartir con ellos las comidas diarias y asistir en su alimentación si fuera necesario.
Consideraciones importantes para Residencias y Hogares de adultos
Se recomienda extremar los cuidados en toda la cadena de producción del servicio de alimentación. Desde la elección de proveedores, la llegada de los alimentos a la Institución, el servicio de comidas, hasta las etapas finales del proceso.
Cabe recordar que en algunas localidades se limitaron las visitas en las residencias y se suspendieron las actividades en centros de día.
Más claves para la dieta
- Mantenerse bien hidratados: La ingesta de líquidos en adultos debe ser de al menos 1.8 litros diarios de agua. Una buena fuente de hidratación es la leche, los jugos de frutas naturales, los caldos y esencialmente el agua.
- Hay que garantizar esta ingesta incluso cuando no aparece la sensación de sed, algo frecuente en las personas mayores. Se deberían evitar las bebidas azucaradas, las que tienen alcohol y el café.
- Frutas y verduras: La recomendación es que sean frescas y de temporada: Crudas, hervidas o asadas siempre mejor que fritas.
- Cereales y legumbres: Es preferible el cereal de grano entero (integral), excluyendo las opciones refinadas, procesadas o azucaradas. Por su parte las legumbres son el complemento perfecto de verduras y hortalizas.
- Lácteos bajos en grasa: El gasto calórico se reduce en época de confinamiento y, por lo tanto, también debe hacerlo la ingesta de calorías. Principalmente los adultos deben optar por las alternativas descremadas y naturales (sin azúcares añadidos).
- Carnes y pescados: los alimentos de origen animal deben estar presentes en la dieta siempre, pero con algunas restricciones. Hay que evitar las carnes grasas, los embutidos y los fiambres. La carne blanca -pollo o pescados-, se deberían cocinar preferiblemente a la plancha, al horno, guisadas o al vapor para conservar mejor sus nutrientes y evitar que se dispare la ingesta de calorías.
- Aceite, semillas y frutos secos: A pesar de que implican un importante aporte calórico en la dieta, son una estupenda fuente de minerales, vitaminas y antioxidantes. Hay que consumirlos con moderación y siempre en crudo. Ni fritos, ni salados, ni azucarados.
- Preparación en casa: Las personas que cocinan y preparan su menú tienen control sobre lo que comen y cómo lo comen. Los alimentos ultraprocesados tienen un alto contenido en sodio y emplean técnicas de cocción que no siempre resultan saludables.
Contexto
Según datos del último censo nacional realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), en 2010 un 10,2% de la población argentina tenía 65 años o más, es decir, existe una alta proporción de personas mayores con relación a la población total.
El proceso de envejecimiento de la población avanzó de manera sostenida durante el siglo XX, siendo uno de los países con más índice de la región, este proceso se dio con desigual intensidad en las distintas jurisdicciones subnacionales, según se relevó mediante la encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de Adultos Mayores, que constituye un relevamiento inicial para el conocimiento de las condiciones de vida de este grupo de población, que adquiere cada vez más importancia cuantitativa y cualitativa en las sociedades modernas.
“Frente a esta nueva y difícil realidad que se transita a nivel mundial, es fundamental acompañar al adulto mayor en esta etapa, ya que es uno de los grupos que presenta más heterogeneidad en materia de salud: Alto riesgo de sufrir morbilidades, carencias y problemas relacionados con la nutrición”, puntualizaron desde el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.