El sector vitivinícola argentino se encuentra ante una perspectiva prometedora para el año entrante, según revela un estudio del Consejo Federal de Inversiones (CFI), en colaboración varias provincias y la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR). Con catorce territorios ya produciendo vino y un total de 59 áreas productivas, se vislumbra un escenario auspicioso para las exportaciones vinícolas del país.
Uno de los puntos cruciales que se plantean en este contexto es la posibilidad de un tipo de cambio más competitivo, lo que podría abrir nuevas oportunidades en mercados extranjeros y potenciar las exportaciones de vino argentino.
La singularidad de este hito se basa en que Argentina se convierte en el primer país en relevar y caracterizar toda su superficie cultivada con vid utilizando una metodología científica homogénea. Este vasto conjunto de información se encuentra disponible para acceso público en el sitio web observatoriova.com.
El estudio, fruto del trabajo de 50 profesionales, abarcó más de 15.000 hectáreas de vid distribuidas en 59 valles de 14 provincias. Mediante 327 calicatas se recopiló información fundamental que conforma una base de datos objetiva y accesible para todos los actores de la vitivinicultura argentina.
Ignacio Lamothe, secretario general del CFI, resaltó la importancia de respaldar un sector tan organizado y productivo como el vitivinícola argentino, enfatizando que este estudio no marca el final de una tarea, sino el inicio de un camino que merece ser profundizado y respaldado en el tiempo.
Como resultado del estudio, se han generado bases de datos y mapas digitales que permitirán potenciar el valor de cada territorio, identificar áreas con comportamientos varietales similares y facilitar el proceso de generación de indicaciones geográficas. Estos recursos ya están disponibles para consulta pública y gratuita en un espacio virtual.
Este respaldo del CFI ha sido clave para COVIAR en su alineación con los objetivos del Plan Estratégico Vitivinícola (PEVI) hacia el 2030, según Mario González, presidente de COVIAR.
La singularidad de los vinos argentinos radica en la interacción de factores ambientales, biológicos, vitícolas, geológicos, enológicos y culturales, que delinean el terruño ideal para cada variedad de vid.
Desde el sector privado, representantes de diversas zonas vitivinícolas del país han resaltado la importancia de estos estudios de caracterización de zonas vitivinícolas. Para Edgardo Del Pópolo, ingeniero agrónomo y viticultor, estas investigaciones son fundamentales para identificar lugares y variedades específicas que potenciarán distintas regiones vitivinícolas de Argentina.
Ana Viola, de la Cámara de Bodegas de la Patagonia, resalta que la singularidad de los terruños argentinos es lo que los hace únicos y no replicables en ninguna otra parte del mundo.
Con la valiosa información obtenida de este estudio, el sector vitivinícola argentino se prepara para consolidar su posición en el mercado internacional, capitalizando su singularidad y diversidad para fortalecer sus exportaciones en el venidero año 2024.